
Emocionadas nos hemos despedido del espacio de arteterapia dirigido a niñas preadolescentes de 10 y 11 años. Ha sido una experiencia de gran aprendizaje para todas, en las que me incluyo.
Han trabajado desde enero en un único lienzo, agregando capa tras capa y recordándose a ellas misma quienes son. Semanas creando, capas que se superponen, una recapitulación de su infancia, dejando atrás una serie de imágenes que simbolizaron sus miedos, alegrías y su agradecimiento, una manera de comunicar a través del proceso creativo lo que el cuerpo recuerda sobre ellas mismas.
Entre otras muchas cosas, el conocimiento anatómico de la diversidad de las vulvas, con el apoyo de trabajos plásticos de diferentes artistas les fascinó, fue una puerta de entrada para expresar a nivel artístico y verbal los miedos que pueden aparecer durante la prepubertad con respecto al cambio físico, emocional y espiritual, así como la relación con ellas mismas, con sus iguales y con las personas adultas que les rodean, aportando un conocimiento de aceptación, diversidad y tolerancia, valioso para toda su vida.
Ir creando capa sobre capa se convirtió en un juego para ellas, una metáfora viva de ir dejando atrás, sabiendo que de algún modo permanece la esencia de lo vivido, “es como dibujar tu vida”, y en la vida pasan cosas “muchas veces pasan accidentes, pero luego te ríes”. Un espacio de expresión, libre y sin juicios estéticos: “puedes crear lo que tu quieras, no te dicen lo que tienen que crear”; les ayudó para la expresión de sus emociones a través del arte “te desahogas”, “tus manos hacen lo que quieren”, “experimentas”, “cuando estas nerviosa vienes aquí y ya estás tranquila”; y como medio de conocimiento, «aprendes cosas nuevas».
Mencionar que además de la intervención en el lienzo, tenían la libertad de crear en diferentes medios artísticos, durante este tiempo todas crearon una gran cantidad de obra plástica, desde escultura, collage, pintura, costura etc.
La modificación del protocolo EDPP (El Duende, Intervención de pintura en único lienzo) para el acompañamiento de niñas en la etapa prepuberal se traduce en un ofrecer un espacio para el autoconocimiento, la exploración y el agradecimiento por la infancia que está quedando atrás. Dejándoles un legado visual y poético de su recorrido en estos dos lustros de vida.
En el 2012 Abbe Miller escribió su primer artículo sobre el protocolo EDPP, en la revista de la Asociación Americana de Arteterapia; trabajo con el cual se doctoró hace unos meses en la Universidad de Cambridge.
Parte del protocolo consiste en la intervención artística en un solo lienzo por un espacio prolongado de tiempo, lo que facilita según la autora el autoconocimiento y el aprendizaje experiencial, con atención en los procesos conscientes e inconscientes invitando a resurgir la fuerza creativa.
Miller, A. (2012). Inspired by el duende: One-canvas process painting in art therapy supervision. Art Therapy: Journal of the American Art Therapy Association, 29(4), 166- 173. DOI: 10.1080/07421656.2013.730024
Miller, A., & Robb, M. (2017). Transformative phases in el duende process painting art- based supervisión. The Arts in Psychotherapy, 54 15-27, https://doi.org/10.1016/j. aip.2017.02.009